miércoles, 25 de julio de 2007

NADA MÁS QUE FALACIAS

por Claudia Arévalo

Nada más que la verdad, el nuevo reallity de Caracol, es una entelequia más que pretende premiar la sinceridad mientras pone velos sobre la dura realidad colombiana; En el programa Jorge Alfredo Vargas “el serio presentador de noticias” interroga a un ciudadano del común sobre asuntos espinosos de su vida privada. A medida que aumenta la cantidad de dinero en juego las preguntas se hacen más irritantes insidiosas desagradables y comprometedoras.

Para que no le falte nada a este espectáculo denigrante los familiares del indiscreto personaje están presentes en el interrogatorio. Los participantes se someten previamente a la prueba del polígrafo y nunca ganan cifras realmente significativas, ya sea porque mienten (el polígrafo nunca falla) o porque deciden retirarse antes que contestar con lo que, obviamente, aceptan la culpa.

Resulta repugnante que existan personas capaces de violentar su intimidad por dinero, de perder la dignidad, el afecto y la confianza de sus allegados sin importarles que sus revelaciones puedan afectar a otros. Repugnante también el público morboso que ve este tipo de programas, ansioso de hurgar en la intimidad ajena, hambrientos de las miserias de sus congéneres.

Sin embargo, todo ello es explicable en una sociedad como la nuestra, donde reina el desempleo, la pobreza y la exclusión. Donde se evaden las propias desdichas con drogas o con televisión. Lo que las mayorías ignoran son los erráticos mensajes que trasmite Caracol de forma velada a través de su reallity.

La veracidad de este tipo de programas ha sido duramente cuestionada, ya sea porque pretenden hacer ver como realidad hechos y situaciones evidentemente manipuladas, decididas con anticipación, en las que participan actores y actrices profesionales. Del mismo modo se asevera que, algunas de las personas elegidas para participar en ellos sufren algún tipo de desequilibrio mental lo que dificulta la convivencia y garantiza el reating.
En el caso de “Nada más que la verdad resulta inquietante la imagen que ofrecen del detector de mentiras como aparato sofisticado e infalible al que ningún invitado se atreve a refutar. Si indagamos un poco sobre la historia de dicho aparato encontramos que para desarrollarlo Leonard Keeler y John Larson se basaron en el supuesto de que cuando una persona miente se alteran algunas de sus reacciones fisiológicas que la ponen en evidencia. Por ello emplearon cables y electrodos que miden la presión arterial, detectan los cambios de respiración y las fluctuaciones del pulso. Sin embargo, estos psicólogos y policías de California no tuvieron en cuenta que existen muchos factores que pueden alterar al ser humano y que no implican que esté mintiendo. Los expertos en el tema aseguran que el polígrafo no es confiable puesto que ciertos problemas de salud relacionados con los aparatos circulatorio y respiratorio, el dolor de muelas, los estados de ánimo, el temor, y ser sometido a un interrogatorio en el que se indague por cuestiones sexuales, lo que ocurre todo el tiempo en Nada más que la verdad alteran nuestro organismo. Todo ello hace que los entes judiciales, a nivel mundial, asuman la utilización de este aparato con mucho recelo

Pero más allá de si el polígrafo funciona o no debemos preguntarnos, ¿que tipo de mentalidad están promoviendo en el pueblo colombiano con estos programas? ¿Qué pasa con la ética periodística? ¿Qué imagen promueven del pueblo colombiano? ¿Qué tipo de verdades queremos conocer? Sin duda alguna la ideología del facilismo, la de vende a tu prójimo, o a ti mismo y consigue dinero. A la larga este escenario no es más que un juzgado en el que el individuo declara contra su propia persona a cambio de cierta suma.
A si mismo, los medios están desplazando la atención del televidente sobre los temas que realmente son de interés general para indagar en verdades que le competen solamente al individuo. Donde está el periodismo investigativo que saca a la luz pública los crímenes de estado, el abandono del gobierno nacional, la verdadera historia del país y no la que ellos se inventaron. con la propuesta de Uribe de excarcelar a los parapoliticos a cambio de la verdad si todos tenemos un lado oscuro por qué te atreves a juzgar a los paras
Finalmente una advertencia. Indagar en la vida privada deje de ser un delito para convertirse en una política preventiva y hasta para conseguir empleo, recordemos que en Estados Unidos pueden violar la correspondencia.

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