viernes, 19 de febrero de 2010

7MIL PRESOS POLITICOS Y DE CONCIENCIA NECESITAN NUESTRA SOLIDARIDAD

La criminalización de la oposición política, del pensamiento crítico y de la protesta es una práctica connatural del sistema capitalista con la cual se estigmatiza a intelectuales y luchadores sociales. De este modo se reprime y desarticula el movimiento social sin los costos de las desapariciones y los asesinatos extrajudiciales. Antonio Gramsci en Italia, Saco y Banzeti en Estados Unidos, Nelson Mandela en Sudafrica, Elena Varela en Chile y los cinco patriotas cubanos retenidos en Estados Unidos son quizás algunos de los casos más visibles de este flagelo. Ellos fueron y son secuestrados del régimen y víctimas de tratos crueles y degradantes.
Hoy en Colombia hay 7000 presos políticos, cifra escalofriante más aun cuando el gobierno narcoparamilitar de Uribe niega la existencia de un conflicto armado. Dentro de este grupo se encuentran los llamados prisioneros de conciencia que son aquellas personas retenidas por pensar diferente pero que jamás han empuñado un arma ni pertenecido a grupos armados. Miguel Ángel Beltrán, William Javier Díaz, Liliany Patricia Obando, Príncipe González Arango y Franklin Carreño Cantillo son sólo algunos de los muchos presos de conciencia que existen en nuestro país y cuyos delitos son defender los derechos humanos, promover el pensamiento crítico y la libertad de cátedra, defender la universidad pública y, en resumen, trabajar y soñar por un mundo más humano y democrático. Para privarlos de la libertad la fiscalía ha acudido a pruebas bastante cuestionables, obtenidas de manera ilegal y a los testimonios de reinsertados que, como los mercenarios del ejército, están motivados por las recompensas.
El 9 y 10 de diciembre del año pasado en la II Audiencia Publica Eduardo Umaña Mendoza estas cinco personas fueron absueltas por los asistentes de manera unánime. Este acto simbólico así como el plantón realizado el 18 de enero de este año en la 1ª audiencia del profesor Javier Díaz son acciones que se deben multiplicar para expresar nuestra solidaridad y rechazar la criminalización del pensamiento crítico y la oposición política. Sin duda el régimen prepara más detenciones arbitrarias y montajes judiciales y la respuesta no puede ser otra que la enarbolada por el pueblo cubano: SOLIDARIDAD Y RESISTENCIA.

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